"Hacía ya un tiempo que aquellos sueños recurrentes habían desaparecido. Todo parecía estar tranquilo de nuevo. Sin embargo la sombra de otras vidas pasadas acechaba como un animal depredador sobre su caza.

Lo único que serenaba su mente eran sus ojos. Dulces y serenos lo acogían dentro de su mirada y le mostraban la belleza de la vida. El amor que ella sentía por él. El amor que él sentía por ella. Sus vidas habian coincidido a lo largo de los siglos, y de nuevo, en un mundo que estaba siendo invadido por la oscuridad y las tinieblas, se habían encontrado. Los sueños le mostraban sus vidas, un caballero Templario, un artista, músico, escritor, ladrón, centurión y saber qué mas... y siempre aparecía aquella sombra que los volvía a separar. Quizá en esta nueva vida, caótica y absurda, a punto de explotar, Jan e Ia por fin puedan descansar en paz."



La Farga de Fusta no es más que un blog en el que recopilo aficiones convertidas en materia palpable y visual. Modelado en Pasta de Madera, dibujos y quizá algo de música y escritura.
Si algo de lo que aparece aquí te puede interesar, te invito a seguir explorando. La mayoría de lo que expongo lo he regalado o realizado por encargo; ahí dejo esta propuesta para aquella persona que que quiera realizar un detalle con otra, pues podría realizar algún pedido.

jueves, 19 de junio de 2014

Toda ayuda es buena

- ¡Guau! ¡La puta caña!
- ¡Ni que lo digas, tío! ¡Fosco es un compositor de la ostia! ¡Y Chili a su lado, con su voz dulce y melódica frente a la bestia de Nuke y su garganta infernal… me pone los pelos de punta!
- Vamos, Bloody, el Noctambul está por esta calle.

La pareja llegaba a la cola que había en la entrada del local. Eran los últimos, pues apenas había nadie en la entrada salvo Jan que trabajaba esa noche como guarda de seguridad  y dejaba pasar a las últimas personas después de un objetivo cacheo.  Los dos jóvenes iban vestidos de gala para la ocasión. Él, tejanos ajustados en negro y algunas cadenas, botas con tachuelas metálicas, camiseta negra de rejilla y chupa negra de porte agresivo. Ella con unas botas de suela gruesa y caña alta hasta las rodillas y un laborioso entrecruzado de cordones, medias transparentes y sobre estas otras de rejilla, color rojo, con forma de telaraña y arañas. Una minifalda acompañada de un cinturón con una calavera, y un ajustado y escotado top.  Y los correspondientes complementos de anillos, pendientes, aros, pircings y brazaletes. El grupo de Chili estrenaba las últimas canciones de su grupo underground y ellos no querían faltar a la cita.

Bloody y Angelblood se sintieron por un momento, bajo aquella fachada de siniestros adolescentes rebeldes y oscuros, intimidados por la imponente pose de Jan y su objetivo registro. No llevaban nada para ocultar, pero si hubiera sido así lo hubieran entregado pacíficamente y sin rechistar. La única pega posible podría ser que les pidiera el DNI.

- Bien, chicos. Todo parece en orden. Portaos bien y no habrá problemas, ¿ok? – asintieron los dos adolescentes dispuestos a entrar. La puerta ya se había abierto dejando salir el potente sonido del interior y su ambiente – Ey, un momento… - puso una mirada suspicaz - ¿Me podéis enseñar vuestros documentos?
- Venga ya, tío… si tenemos casi veinte tacos, ¿nos vas a pedir el carné? Hay que joderse… - dijo Angelblood.
- Me importa una mierda si te jodes a ti solito, ella a ti o tu a ella, “tío”. ¡Venga, esos carnets! – dijo Jan con una bonita sonrisa en los labios.
- Eres encantador, colega… - dijo Angelblood entregándole su carné y su acompañante lo imitó.

Después de un examen riguroso Jan soltó una gran risotada y cerró la puerta de entrada bloqueando el paso. Los dos jóvenes se dieron cuenta de que estaban en una situación delicada y echaron un paso atrás.

- ¡Qué jodidos cabrones que sois! El tuyo sí que es legal, tío, pero el de tu amiga es muy bueno… jodidamente bueno. Uno no puede pasar, pero la otra… ¿sabéis que se os puede caer el pelo, verdad?
- Venga, tío. Déjate de historias, o nos dejas pasar, o no, pero no nos vaciles, ¿vale?  – Angelblood empezaba a perder la compostura.
- Además… te podemos pagar un poco más por la entrada… - dijo la chica
- No os puedo dejar pasar, y además debería llamar a la poli… ¡pero qué coño! – Jan recapacitó -  ¿De dónde lo has sacado?

La situación mejoró. A Jan le interesaba la información; en la situación actual en que vivía infringiendo la legalidad y teniendo que ocultar su identidad a tres organizaciones secretas le podía ser útil aquello. Y ya de paso, para Ía y su hermano Danvel. Así que al final pudieron pasar para disfrutar del concierto a cambio de un poco de información y algo de dinero extra para sobornar al guardia de seguridad.

- ¡Eh, un momento…! – Les gritó Jan cuando ya entraban - ¿Por qué no me compráis un par de camisetas y alguna para regalar a algún amigo? – dijo guiñando el ojo y señalando unas camisetas que había en la entrada del pub expuestas – las hace un colega que se gana la vida con eso y está empezando… toda ayuda es buena…



Esto es un dibujo estilo portada de disco, que al final lo edité un poco para estamparlo en una camiseta. Esta inspirado en un grupo de música ficticio, que pertenece a una saga de un juego de rol ambientado en la actualidad, aunque algo cambiada, decadente y oscura, y no carente de sucesos sobrenaturales. El juego de rol se llama Withcraft. 

lunes, 16 de junio de 2014

Incienso de Mirra

Pai Mei se levantó cansado. Se aseó. Bajó las escaleras de su piso hasta acceder a la pequeña tiendecita llamada “El Dragón Apacible”. En la trastienda, preparada con un pequeño tatami para dar clases de artes marciales, hizo los ejercicios matutinos. Meditó. Tomó el té y después de una ducha y vestirse adecuadamente subió la persiana exterior del local.  Era un poco tarde aquella mañana para abrir la pequeña librería, pero la noche anterior había sido de esas que eran moviditas.  El negocio tenía que seguir adelante a pesar de todo, así que el hombre oriental abrió para trabajar normalmente. A Chili se le había metido en la cabeza que alguien la estaba espiando, que se colaban en su piso del gótico y la observaban. Como vivían casi calle con calle, el Maestro Dragrón había acudido a la a casa de su amiga para ayudarla a descubrir que ocurría en su casa.
Estaba colocando unos libros nuevos que le habían llegado por correo en las estanterías, cuando la campanilla de la puerta sonó al abrirse. Guizmo, que remoloneaba entre los libros y budas expuestos en el escaparate, apenas se sobresaltó. Se sentó sobre uno de los libros más viejos y allí descansó sus posaderas, expectante del tráfico humano que circulaba por la calle aquella mañana. Apenas prestó atención al hombre que había entrado en la tienda.

- ¡Buenos días! – era un joven de unos veinte años, de aspecto corpulento, vestido con un uniforme de trabajo. En el logo que llevaba la sudadera ponía: “Transporte Express”.
- Buenos días – Respondió Pai Mei en tono cortés. No esperaba ninguna mercancía aquella mañana.
- Traigo para usted un encargo… aunque… ¿esto es Banys Nous, el Dragón apacible, verdad? Pensé que sería un restaurante chino – dijo rascándose la cabeza y revisando el albarán de entrega.
- ¿Restaurante? No, esto es una librería, como puede observar… tengo libros, no cartas de menú. Por  qué lo dice usted… en principio yo no esperaba nada.
- No, señor, lo tengo todo muy bien anotado, seguro que es aquí… por cierto, qué es ese olor… huele bien, ¡buena hierba!
- ¿Hierba? Se trata de incienso – Dijo Pai Mei señalando hacia un incensario de madera en el que se quemaba una barrita de mirra artesanal – Déjeme ver esos papeles, por favor.
- Bien… aquí tiene, yo voy por faena que tengo el camión mal aparcado.

El dueño de la tienda se acercó al joven que olía a sudor rancio. Cogió la documentación y la revisó. Estaba claro que era su tienda, había una nota escrita: “Dragón Apacible, Calle Banys Nous. Gatito en la entrada. Entregar 100 Kg de arroz al chino de la tienda, se llama Pai Mei. Firmado Mel”.  Cuando salió de su asombro, el joven transportista y otro compañero dejaban el décimo y último saco de arroz que habían ido metiendo en la tienda.

- Bueno señor, ya está. Le dejo este sobre que viene con la carga – Le tendió un sobrecito de color rosa con topitos verdes y un dragón infantil dibujado.  Extendió la mano hacia el oriental esperando una propina.
- ¡Bueno, muchas gracias, que tengan un buen día! –contestó Pai Mei  estrechándole la mano pensando que era una formal despedida, y los acompañó hasta la puerta.

Miró asustado aquellos diez bultos y leyó con resignación la carta:

“Nota de agradecimiento. Muchas Gracias, Pai. Eres un colega. No sabíamos que regalarte por ser tan buen tío y aguantar con tanto aplomo nuestras chorradas, sobretodo, las excentricidades de Mel. Por preocuparte por nosotros, por darnos cobijo cuando nos quedamos sin pasta y no tenemos donde meternos… en fin… Mel dice que te encanta el arroz, y llevas un cojón de meses alimentándote solo de arroz, así que nos hemos gastado nuestros ahorrillos en un arroz súper bueno, que han traído especialmente desde China. Gracias por todo, Jan y Mel. PD: Espero que nos invites un día a comer, por lo menos. PD: La horterada del sobre es cosa de Mel”.



 




Tres incensiarios, uno de ellos pintado con acrílico. Otro con bárniz, y otro betún de judea y bárniz. La motivación de cada uno de ellos es la naturaleza en un estado de vida propia, intentando buscar el espíritu de esta en el objeto que moldeo. Esto es sin duda influencia de Corte Feérica, influencia del mundo de Tolkien, de las Sagas de Fantasía y Magia, tanto novelas, películas, series o comics, y sobre todo de Ars Magica y todas sus Regio.

viernes, 6 de junio de 2014

El Odre de la Vida

“El desierto lo mata todo. Su calor es abrasador. Nadie puede sobrevivir a la furia de la tempestad del océano amarillo. Las arenas son tan peligrosas y terribles como cualquier mar embravecido en el que haya navegado nunca. No hay guía posible bajo la luz de Lorenzo, que me ciega los ojos durante el día. Y cuando las estrellas brillan en un paisaje nocturno y diferente al de  mi tierra querida, el frío penetra mi cuerpo y se cuela en mis huesos. Es un firmamento desconocido y del que no confío. El desierto abarca hasta el infinito, camine hacia donde camine el paisaje es el mismo perpetuamente, y cuando algo creo divisar en el horizonte desaparece fantasmalmente. El desierto es un engaño de mis pesadillas, y no despierto.

El hambre y las ganas de buscar fortuna desaparecieron hace tiempo, ahora sólo tengo sed. Suerte de aún guardar algo de cordura en mi mente pues si no, habría bebido la arena que a veces se disfraza de manantial de agua fresca y otras de montañas de piedras preciosas y brillantes. Busco un atisbo de vida en este mundo, miserable o pobre siquiera, me da igual, pues donde hay vida hay esperanza.

Tal vez es mi Señor quien pone a prueba mi fe y mi voluntad. Espero tener fuerzas para soportar esta prueba tan dura que ningún ser cristiano debería sufrir. Vago sin rumbo y sin destino, perdido en la inmensidad. Mis fuerzas me abandonan. No siento las piernas, ni los brazos, la quemazón es horrible. Tengo la garganta abrasada, los labios cortados y la cara acartonada. Ninguna criatura de la Creación podría vivir en este mundo, me pregunto qué hago en este desierto.

¡Dios, otra falsa ilusión en mi camino! Esta es divina sin duda alguna, un Ángel aparecido de la nada cabalga hacía mí con un sequito de querubines. Me derrumbo ante su brillo. Me arrodillaría ante su gracia y le rogaría auxilio pero el yermo y desolado lugar por el que yerro ha invadido mi cuerpo y ahora me siento como si yo fuera un montón de arena más de este desierto.

Ella se acerca. ¿Los ángeles son ellas? Deberían serlo, pues es preciosa, no debería pensarlo. Es pecado. Sus ojos son brillantes, me ciega la vista el intenso azul celeste de donde proceden. Me dice algo mas no la entiendo. Me ofrece un odre repleto del néctar primigenio. Quiero absorberlo todo. Ella me frena y me lo ofrece despacio. Sus nobles acólitos nos rodean. Ella me susurra algo al oído. No entiendo la lengua angelical. Me voy a desvanecer de nuevo, o tal vez voy a despertar de todas mis pesadillas. Me acogen entre sus brazos y me llevan. Voy al cielo, mi hora ha llegado. Y entonces me doy cuenta de algo. Esos ojos son especiales para mí, son ventanas abiertas para mi vista nublada. Y reconozco lo que veo al otro lado, pero me desvanezco dulcemente en un sueño merecido”.




Este es un cuenco ritualistico, o eso intenta ser, en otra experimentación con pasta de madera y cartón. Utilicé un cuenco o bol, no recuerdo, como molde y después puse un poco de decoración. El texto arriba escrito lo he rescatado de viejos archivos.


lunes, 2 de junio de 2014

Un Sant Jordi peculiar

"Ia estaba esperando junto al monumento de Cristóbal Colón al final de la Rambla de Barcelona. Una cantidad ingente de turistas y habitantes de la ciudad paseaban disfrutando de aquel magnifico día. Un día radiante y luminoso. Había muchas paraditas donde se vendían libros, y mucha gente apelotonada en cada uno de los stands; amigos, familias y sobretodo parejas que curioseaban los títulos de los volúmenes expuestos y casi todo el mundo se llevaba un ejemplar como mínimo. No importaba el tema: novelas históricas,  amor, ciencia ficción, fantasía, novela negra,… lo importante era que al menos ese día, la chica le regalaba a su chico un libro y este a ella una rosa como muestra de amor y cariño.

Por fin Ia vio llegar a su chico al lugar de la cita. Llegaba tarde. No le sorprendía. Siempre estaba liado en algún asuntillo del que no quería hablar y ella tampoco necesitaba saber más.
- Hola guapa! – saludó Jan a su chica. Ella le respondió con una tímida caída de ojos y un “hola” susurrado. Él la tomó con sus fuertes manos por la cintura, se aproximaron y le dio un cálido beso.
Sólo Jan la había hecho vibrar. Su vida no había sido un paseo por las nubes nunca y cuando lo conoció, fue como volver a nacer. Ningún mal vivido, ni su precaria situación de vida y la de su hermano, refugiados en Barcelona de Serbia, eran importantes cuando estaba a su lado.
- Toma, Jan. – Ia le dio un paquete envuelto a su chico, este lo abrió sorprendido - Ya sé que leer no te va mucho, nunca te he visto leer un libro, ni tan sólo el periódico pero… me han contado que hoy es típico hacer este tipo de detalle a la persona que quieres y…
- Joder, tía… no me lo esperaba – el motero de chupa de cuero puso los ojos en blanco – muchas gracias – terminó de desempaquetar el libro - ¡Guau! ¡Es genial! ¡Es un.. una “Guía de Supervivencia en Lugares Extremos: Antartida”!
- Bueno… en realidad no sabía que libro regalarte, no sé cuál es tu historia de la infancia preferida o el libro que te marco, así que he pensado en regalarte un libro práctico. Espero que te sirva a ti y tus amigos en vuestro viaje.
- Jajaja – Rio Jan alegremente sorprendido – esto no me lo hubiera esperado nunca. Pero yo no tengo nada para ti, sinceramente, pensé que estos rollos no te iban y la verdad es que a mí tampoco… no soy un tipo muy romántico, lo siento – confesó avergonzado.  
Ia no se sorprendía. Tampoco llevaban saliendo mucho tiempo. Y la relación tampoco era del todo seria. Sus vidas no eran fáciles.
- No te preocupes, cariño, no pasa nada. Tampoco el libro es una maravilla – dijo Ia apartándose un mechón de pelo de su rubia melena.  
- Bien, pues nada entonces. Todo arreglado. Vamos a pasar un momento antes de ir a cenar por el bareto, ¿vale? Le prometí a Raven que pasaría para arreglare una cosilla del local.
Ia accedió fácilmente. No le apetecía pasar por su lugar de trabajo un día que estaba cerrado y libraba, pero su chico siempre iba corto de dinero, igual que ella, y cualquier trabajo extra era siempre bien recibido. Llegaron en poco tiempo. Jan tenía su moto aparcada muy cerca y en pocos minutos llegaron a la puerta del pub. Jan abrió la puerta trasera. Estaba oscuro. Aquel local de ambiente gótico parecía un mausoleo a cualquier hora del día. Jan la acompañó hasta la barra y le dijo que esperara. Ella no necesitaba mucha ayuda, era bastante ágil y tenía muy buena vista, pero su chico era todo un caballero. De pronto una música ligera y agradable empezó a sonar de fondo. Un aroma a rosa que no parecía provenir de ningún lugar se esparcía por todas partes. Las luces de ambiente se encendieron. El suelo del local estaba cubierto de pétalos de rosa dibujando un sendero hasta una mesa individual iluminada por la luz candida de unas velas. Jan apareció a su lado, la tomó de la mano y la acompaño hasta la mesa. La ayudó a sentarse.
- Esta noche, tú serás la invitada de esta casa. Tú serás la estrella. Tú eres especial para mi – Jan sacó de algún lugar oculto un hermoso ramo de rosas rojas y se lo ofreció – Feliz Sant Jordi.”

 He aquí un dibujo de Sant Jordi con un estilo infantil y desenfadado. Es también de hace unos cuantos años. Creo que es el primer Sant Jordi que he pintado. Poco a poco, pondre cosas antiguas, hasta llegar a la actualidad  :)




domingo, 1 de junio de 2014

Espejo Dragón

"Áquel objeto parecía que la observaba inquisitivamente. La joven de cabello largo y negro comenzaba a inquietarse. De dónde había salido aquel estraño juego de espejos.

Chili había encontrado sobre la cama una cajita muy bien envuelta con un lazo enorme de color granate brillante. Pensó al verlo que había sido un detalle de su novio, Nuke, pero su intuición hizo descartar aquella idea de su cabeza al instante. El bajista de su grupo no era un novio muy atento. Desempaquetó ansiosa el paquete y descubrió en su interior tres espejos redondos. Estaban decorados por una decoración que imitaba a un animaloide. En composición ordenados era una especie de dragón. De un color verde esmeralda oscuro y penetrante. Cogió uno de los espejos y lo miró con atención. Vio su cara reflejada, con aquél exquisito gusto para su maquillaje gótico. Los labios habían perdido brillo de color. Aprovechó para corregir el error y repasar sus carnosos labios. Fue cuando notó aquel escalofrío. Cuando a través de los ojos de la figura del dragón percibió un pequeño destello que la inquietó. Una imagen fugaz le pasó por su cabeza. Aquello sólo podía ser un regalo de Sebastián de la Flor."

Creo que este es el segundo objeto - trasto - útil que hice con pasta de madera hace unos cuantos años más uno. Un bichillo compuesto por tres partes. Intenta ser un dragón de la naturaleza. Cuando hago algo con este material, aprovecho otros objetos reciclables (fundamentalmente cartón y papel de periódico) para dar forma, en este caso a un ser mítico viviente pero como si hubiera surgido de la naturaleza y no fuera de carne y hueso.